La salsa margarita es uno de esos clásicos italianos que nunca pasan de moda. Con su aroma fresco a albahaca, la suavidad del aceite de oliva extra virgen y el sabor intenso de los tomates maduros, se convierte en la base perfecta para realzar cualquier plato. Es sencilla, versátil y lo mejor: hecha desde cero, como las recetas tradicionales de las abuelas italianas.
¿Qué hace tan especial a esta salsa?
Su origen está en la cocina italiana más auténtica, donde la calidad de los ingredientes marca toda la diferencia. A diferencia de las salsas procesadas, la salsa margarita conserva la frescura del tomate, aportando un sabor limpio y natural que resalta aún más después de reposar. Es ideal para aprovechar los tomates de temporada en verano, esos que llegan jugosos y llenos de color a los mercados. Prepararla en casa no solo te conecta con la tradición, sino que además garantiza una salsa sin conservantes y cargada de nutrientes.
Ingredientes necesarios
- 15 tomates ciruela maduros
- 1 ½ tazas de aceite de oliva extra virgen
- 1 taza de albahaca fresca picada
- ½ taza de perejil fresco picado
- 2 cucharaditas de sal
- 1 cucharadita de pimienta negra molida
- 5 dientes de ajo finamente picados
Paso a paso para preparar la salsa






- Preparar los tomates: Haz un corte en forma de “X” en la base de cada tomate. Esto facilita retirar la piel después de escaldarlos.
- Escaldado y pelado: Pon a hervir agua en una olla grande e introduce los tomates de cinco en cinco. Déjalos de uno a dos minutos, retíralos y pásalos a un recipiente con agua fría. Verás cómo la piel comienza a desprenderse fácilmente. Pélalos y corta en cubos.
- Base de la salsa: Coloca los tomates picados junto con su jugo natural en un recipiente amplio. Agrega el aceite de oliva, el ajo picado, la albahaca fresca y el perejil.
- Sazonar e integrar: Incorpora la sal y la pimienta. Remueve suavemente hasta que los sabores se mezclen bien.
- Reposo para potenciar el sabor: Deja la salsa reposar a temperatura ambiente durante 3 o 4 horas. Este tiempo es fundamental para que las hierbas, el ajo y el aceite se impregnen en el tomate, logrando un sabor profundo y equilibrado.
Consejos para un mejor resultado
- Si los tomates están muy ácidos, puedes añadir una pizca de azúcar para equilibrar.
- Usa siempre aceite de oliva extra virgen de buena calidad; será el corazón del sabor.
- Si prefieres una textura más suave, pasa la salsa por un procesador de alimentos o licuadora.
- La salsa se conserva de 3 a 4 días en refrigeración dentro de un frasco hermético. También puedes congelarla en porciones para tenerla lista cuando la necesites.
Información nutricional por porción
- Calorías: 308 kcal
- Carbohidratos: 4 g
- Proteínas: 1 g
- Grasas: 33 g
- Grasas saturadas: 5 g
- Sodio: 472 mg
- Potasio: 253 mg
- Fibra: 1 g
- Azúcar: 2 g
- Vitamina A: 1155 UI
- Vitamina C: 18 mg
- Calcio: 22 mg
- Hierro: 1 mg
Ideas para acompañar la salsa margarita
- Mézclala con pasta recién cocida para una comida rápida y deliciosa.
- Úsala como base de una pizza margarita casera con mozzarella fresca.
- Aplícala sobre pan tostado con un poco de queso parmesano para un aperitivo fácil.
- Combínala con pollo o pescado a la parrilla, aportando un toque fresco y mediterráneo.
- Añádela como aderezo en ensaladas tibias con verduras asadas.
¿Listo para disfrutar esta salsa casera?
La salsa margarita es un ejemplo perfecto de cómo lo simple puede ser extraordinario. Prepararla en casa no requiere grandes técnicas, solo ingredientes frescos y un poco de paciencia para dejarla reposar. El resultado es una salsa versátil, saludable y deliciosa que conquistará a cualquiera que la pruebe. Te invito a prepararla, compartirla en la mesa y dejar que su aroma italiano envuelva tu cocina.